Iluminación del hogar y bienestar

Desde que el ser humano tiene memoria, la iluminación del hogar, ha sido fundamental. Aunque en aquel mundo y durante siglos, las velas o el fuego del hogar y de los candiles eran la única fuente de iluminación.

Ya en el siglo XIX, se empezaron a utilizar las bombillas incandescentes como principal fuente de luz de los hogares. El inglés Humphry Davy dio los primeros pasos hacia la iluminación incandescente en 1801, al hacer pasar en sus experimentos una corriente eléctrica por una lámina de platino. En 1879, Thomas Alva Edison comercializó por primera vez una bombilla incandescente con filamento de carbono. A principios del siglo XX se introdujo el filamento de tungsteno, que se ha venido utilizando en la fabricación de bombillas hasta nuestros días. La primera bombilla dio luz durante sólo 14 horas consecutivas.

Como dato curioso, la bombilla que también se merece entrar en la historia es la que lleva 111 años encendida en un parque de bomberos de Livermore, en California. Es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Es, además, uno de los primeros ejemplares de una tecnología a la que le quedan días.  La bombilla de Livermore ha iluminado durante más de un millón de horas la estación de bomberos de Livermore-Pleasanton y aunque su potencia es muy baja (sólo 4 vatios) para los bomberos de la comunidad simboliza ese valor de estar de servicio de la comunidad 24 horas al día.

Pero vayamos al presente. Actualmente disponemos de múltiples posibilidades para iluminar nuestro hogar. Desde las bombillas de toda la vida, a las de bajo consumo, pasando por los leds o los tubos fluorescentes.

Hoy, y de la mano de nuestra compañera Laura, os queremos dar una serie de tips y consejos para iluminar vuestro hogar y que a la vez sintáis el máximo bienestar y confort en casa.

Podemos dividir la clase de luz en dos grandes tipos. La luz fría y la luz cálida.

La luz fría es la más adecuada para iluminar espacios donde se requiere concentración y atención. Sobre todo, en espacios de trabajo donde se debe prestar cuidado a cada detalle. Para nuestro hogar, y especialmente los espacios dedicados a zonas de relax, como el dormitorio o el salón, elegiremos la iluminación cálida ya que este tipo de luminaria es la que nos brindará el ambiente más relajado y confortable. Nada mejor para iluminar estas zonas que combinar luces cálidas que tengan un componente decorativo.

También hay que tener en cuenta que, a rasgos generales, necesitaremos dos tipos de iluminación: una general y otras luces para crear ambientes. Estos puntos de luz le darán personalidad y calidez a la estancia.

La iluminación interior debe ser la correcta, debe haber luz suficiente pero no deslumbrar. Para lograr que la iluminación le dé calidez al ambiente, cuando pintes las paredes no lo hagas con un blanco puro. Los colores beige y arena son ideales para transmitir esa sensación cálida que buscamos en nuestra casa para sentirnos cómodos.

Esperamos que os haya resultado útil y entretenido. ¡Desde Galerías del Tresillo, queremos ayudarte a que disfrutes de tu hogar!